La experiencia nos demuestra que una de las claves es realizar grupos reducidos de alumnos, con el fin de poder dedicar la atención y realizar el seguimiento de cada uno, dedicándoles el tiempo necesario.

Una clase saturada de alumnos propicia que el profesor no tenga el tiempo necesario para atender a todos, ralentiza el ritmo de la clase y, por supuesto, puede provocar más cohibimiento entre los alumnos.

Es necesario crear un grupo en el que los alumnos se sientan cómodos, con el fin de que dejen fluir todo su potencial y aprovechen cada clase al máximo.

De este modo, nuestros grupos nunca van a sobrepasar los 10 alumnos.

admincarlosvGrupos reducidos